domingo, 12 de abril de 2015
Nuestro encuentro inesperado
Todo sucedió de la nada, unas palabras, unas cuantas sonrisas, unos emoticones que delataban esas ansias de cruzar miradas y desatar toda aquella felicidad que se guardaba hace tiempo atrás esperando por aquel encuentro que sabíamos en que iba a terminar.
Daba pasos fuertes y sonreía como si viviera cada instante con un sabor distinto, dulce, amargo, una dosis de irrealidad que me elevaba a lo más alto del cielo hasta dejarme sin aliento y empezar a caer al suelo nuevamente, este suceso muchas veces me distrajo de lo que sucedía a mi al rededor, en un intento de concentrarme puse música que de algún modo solo me hacía sonreír ya que también la había bailado junto a el.
Aún por mi mente recorren los minutos transcurridos entre cada mirada, cada gesto, cada sonido emitido, sus labios devorando los míos buscando más y más, su lengua que envenenaba la mía con dosis de placer y lujuria, era imposible parar una vez empezada la tortura, aquella tortura dulce y adictiva, aquella sensación que atacaba mi ser como droga en su máxima potencia, su olor me hacía pensar que desaparecíamos y que no había mas que ese momento, estaba tan perdida en el que los minutos para nosotros eran lentos cuando realmente volaban.
Está demás decir que era mi lugar favorito en todo el mundo, el verlo era como ver las estrellas marcadas en su piel, mientras mis labios querían recorrer su cielo, mis manos tomar su ser y aferrarlo a mi piel, seguir siendo uno solo, vivir ese momento una y mil veces, por que no solo lo deseaba yo sino el también, lo sabía por sus gestos, su forma de hacerme sentir única, sabía que el era el único capaz de hacerme sentir tantas cosas a la vez y sabia que yo era la única que podía complementarlo de la misma manera.
Y fue así como al momento de partir lo vi venir hacia mí, estaba nerviosa no sabía si esta sería la última vez que nos volveríamos a cruzar, tenía la sensación de que el destino nos podría jugar una vez más la oportunidad de compartir el uno con el otro, pero sabía que era un deseo que no solo me correspondía a mi pedir ya que había pasado tanto tiempo y no éramos los mismos , lo sabíamos, pero no hablábamos más allá de eso, tal ves por miedo a averiguar algo o tal ves saber que ahora si es el momento de empezar a reescribir nuestra historia, tan solo habían pasado segundos y en su mirada ví mi rostro reflejado entonces nació su sonrisa mientras sus manos se levantaban hacia mi rostro, mi cuerpo tembló por un instante ví nuestra historia pasar nuevamente, aquella época rara y hermosa en la que sufrí mucho pero fue cuando renací y me encontré a mi misma ya que el me había despertado, el me había hecho revivir, su sonrisa se abalanzo a la mía y se enlazaron como solo nuestros labios saben hacerlo formando esos besos tan nuestros, tan ideales, tan deliciosos, tan adictivos, sus dientes mordieron mi labio inferior y sentía como todo mi interior ardía, me alejó con una sonrisa complacido, me tomó unos segundos retomar mi cuerpo ya que mi alma había saltado a los brazos de el, sonreí y me acerque a el y le dí un beso en la frente como muestra de aquel cariño que habita en mi hacia el, ese cariño que lo tengo controlado encerrado bajo una llave secreta que si el quisiera podría ganárselo poco a poco como en los viejos tiempos, pero no era el momento para distraerse ya debía irme y nuestra despedida había sido más larga de lo esperado, le di un beso en los labios y sonreí, aferre a mi ese instante, di media vuelta y me aleje de el, de todo lo que había pasado aquella noche, guarde toda esa pasión y mientras caminaba por la calle sintiendo con mayor intensidad el aire y los sonidos, dentro de mí sabía que esa realmente no era una despedida.
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